Uno de los descubrimientos que más me marcó durante mi época universitaria fue conocer la terapia racional emotiva de Albert Ellis y tomar conciencia de que yo podía ser responsable de mi felicidad en el futuro. Me ayudó a comprender que no son las situaciones a las que te enfrentas a lo largo de tu vida las responsables de tu estado emocional sino que son las percepciones y concepciones erróneas las que causan malestar y por tanto, pueden ser controladas.
María Jesús Álava Reyes desarrolla con maestría en su obra «La inutilidad del sufrimiento: claves para aprender a vivir de manera positiva» esta idea ya que en sus propias palabras «la felicidad depende de nosotros mismos, no de nuestras circunstancias».
La autora sostiene que, aunque es inevitable sufrir ante determinados hechos como, por ejemplo, la muerte de un ser querido, nada justifica el sufrimiento extremo y prolongado de las personas.
Por tanto, la mayor parte del sufrimiento humano es evitable si ponemos el foco de atención en lo que pensamos y no en lo que nos está ocurriendo.
Ellis, en su libro publicado en 1961, «Guía de la vida racional», argumenta que las emociones tienen poco que ver con los sucesos reales. Dichas emociones proceden de la interpretación del suceso y no del propio suceso. Son las interpretaciones, lo que la gente dice de sí misma sobre su experiencia, las que crean ansiedad, cólera o depresión. Por tanto, si aprendemos a controlar nuestros pensamientos, controlaremos nuestra vida.
En base a este marco teórico, Álava Reyes ha sabido llegar a todos los públicos y encumbrar esta obra como el libro de psicología más vendido en España. Con un enfoque práctico en el que comparte generosamente sus reflexiones y su experiencia de más de tres décadas de trabajo en el mundo de la psicología nos aporta testimonios, ejercicios y pautas de comportamiento de gran utilidad para encarar la vida de forma positiva.